sábado, 30 de agosto de 2008

Valentina, Locomotoro y el Capitán Tan



Valentina y Locomotoro, que viajaban por todo lo largo y ancho de este mundo en los Chipirititifláuticos, somos Bea y y yo; y así nos llama mi madre desde que comenzaramos con nuestros periplos en el 2005, cuando iniciamos nuestra vida laboral.
Nuestro Capitán Tan es Sergio el Pirata, que desde su buque patrón nos busca los destinos más atractivos a los mejores precios. Él asegura que somos sus clientes estrellas y que tiene mucha suerte de tenernos, pero yo creo que las afortunadas somos nosotras al tener resuelto el tema de los hoteles y aviones en cuestión de horas, con el seguro de viaje de regalo.
Cada año nos proponemos un viaje mínimo en común.Pensamos varios sitios y fechas, y con solo una llamada a la agencia el globo terráqueo comienza a girar cual ruleta de la fortuna, hasta finalmente detenerse en el viaje perfecto para la ocasión: Roma,Florencia, París,Munich, Berlín,Amsterdam y Bruselas; nada de paquetes ni de grupos, estas niñas quieren ir a su aire; hoteles cuatro estrellas y a ser posible en el centro, cerca de la estación; vuelos con horarios infernales, pero adsequibles; y precios muy populares, cuanto más barato, más lo llamamos durante el resto del año.
A continuación tiene lugar la preparación del viaje, búsqueda de monumentos y visitas interesantes, compra de guías y mapas, consulta del tiempo meteorológico, aunque a estas alturas bea y yo sabemos de sobra que nos va a hacer frío vayamos donde vayamos , y lo más importante: la maleta. En ella hay varios clásicos que no pueden faltar, a saber: chándal para los buffetes-de abogados- libres del desayuno (siempre desayuno y ducha, en este y sólo en este orden),todos nuestros mejores complementos: cinturones, bolsos, collares y pendientes; buen libro o revista para coger el sueño en la cama después de una jornada agotadora.
Nosotras jamás hemos vetado a nadie su participación en nuestros viajes, pero quien viene con nosotras tiene que saber que: viajamos para culturizarnos y aprender; no puede quedarnos museo sin visitar, monumento sin fotografiar, iglesia sin pisar, ni avenida sin recorrer.La juerga pocas veces tiene cabida en nuestro horario monacal de turista: hay que madrugar, hincharse de desayunar, almorzar lo más aprisa posible y agotar la luz solar. Entonces tiene lugar la vuelta al hotel, con o sin cena, según haya estado el día,lectura de los santos evangelios y a dormir mi estrella. Por otro lado quien nos acompañe ha de estar en una excelente forma física, para eso nos gastamos los dineros en los buenos gimnasios y piscinas, no en los medios de transporte urbanos, debe estar listo para patearse la ciudad de punta a punta y en las más adversas condiciones en la mayoría de ocasiones. Ser turista para nosotras es una misión ardua y dura que purifica nuestra alma a partir de la renuncia a las comodidades de nuestra vida habitual. Son muy pocos los llamados a este tipo de viaje-castigo, lo sabemos,pero no pensamos alterar en absoluto nuestro formato de viaje ni nuestras preferencias. Somos felices con nuestra manera de conocer sitios y estamos juntas.
Ya hemos hablado de Egipto, de un crucero por las islas griegas o de Petra... quien sabe hacia dónde pondremos rumbo la siguiente vez... de momento sólo tenemos claro que por una vez no queremos llevar ni abrigo ni paraguas ¿Alguien se apunta?

1 comentario:

Beatriz Pérez Doncel dijo...

quien no quiere viajá contigo?